El rumbo

El parón, la ausencia y todas esas cosas... que hacen que el tiempo de alguna manera se detenga o quizás que pase mas rápido de la cuenta. Es decir, cuanto menos nos dejamos los labios por ahí balbuceando cosas de aparentemente sin demasiado sentido, dejamos una última palabra impresa en la capa extraña y paralela del tiempo.
Atendiendo a esto se dan dos posibles resultados, aun no comprobados científicamente, ¿ verdad?
La primera opción, dejar la esencia de forma ilimitada rondando por ahí. La segunda opción hacer que el olvido llegue atropellando al tiempo y todo quede a más bajo nivel que los recuerdos... Es decir por algún lugar al que llaman limbo.

Es una sensación extraña casi como un sexto sentido, que no poseemos; Se diría más bien que nos posee a su antojo deliberadamente. Lo que ultimamente ronda por la cabeza.
Realmente se necesita de vez en cuando parar el motor de la embarcación, y dejar que el viento y la corriente marina hagan su trabajo y decidan por unos días el rumbo que debemos seguir nuevamente... En un intento casi a la desesperada de partir a descubrir las Americas del siglo.XXI

Por supuesto nada esta regido por el azar en estos viajes. Nunca me he embarcado yo en un viaje sin tener la certeza del 80% de probabilidad de éxito, y dicho porcentaje existe, porque es lo que yo aporto el 80% de seguridad, de sopesar posibilidades, de estudio... Para asegurar que no hay caída en picado.Y es comprobable, siempre llego sin preocupaciones hasta donde quiero llegar.Y nunca he caído. El otro 20% restante... - Bueno no sé dejemos obrar al viento y a la marea, a ver a donde me quieren llevar-. Yo de momento fijo a donde quiero ir.
- Apagando motores-