
Ante todo no intenten coger más arena de la cuenta en el puño de sus manos, porque se deslizará suavemente hasta el suelo; Por más que aprieten y se compriman sus manos, se perderá la arena. Como mucho podrán detener el ritmo de la perdida, apretando, pero finalmente el puñado que hemos cogido, se pierde, y por su propio peso, ayudado por la gravedad, cae.
Por suerte al abrir la mano, desconsolados, vemos sorprendidos, los restos,pequeños granitos, que dan constancia que hasta hace unos segundos, teníamos algo más, que de lo que nos queda...
Esos granitos son el recuerdo. un recuerdo.
No nos hemos fijado en lo más importante. Mientras creíamos que estábamos perdiendo el montículo de arena, ese que no podíamos contener, en realidad pasaba algo mucho más interesante, y es que en verdad estábamos cribando, filtrando la información, con una lógica irracional que dormitaba, la desechábamos,selecionabamos. No es que la estuviésemos perdiendo...
Ahora en nuestras manos, queda lo más importante. Y podemos mirar grano a grano, estudiándolo. Y es que todo pasa por algún motivo que se escapa a nuestro control, pero mejor dejar que pase y punto.
Cribada la arena nos hemos quedado con el oro en nuestras manos,pequeñas pepitas, quizás no sean cientos y miles de lingotes, sería demasiado, como la arena, al final terminaría desapareciendo y desbordándose por las manos... Esto que nos queda es algo más personal, oro fino, es mi pequeña fortuna... y por poco que sea, quiero compartirla.Quieres?
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