
Viajaba, entre la noche, en la oscuridad...
Ciega sin sentido de orientación y con el rumbo a la deriva, la mente turbia, como viento huracanado que levanta polvo; tierra y piedras, que se te meten en los ojos y ves menos todavía... Encima para fastidiar más, te hacen llorar, se te hinchan los parpados y se te enrojece el lagrimal... así no hay quien enfoque! Y claro, caminas y caminas entre el espesor de un negro vacío, incertidumbre! quizás? Esa sensación extraña de no percibir un horizonte que separe.
Al final sigo caminando, sigo en este trance, o en este viaje, como prefieran llamarlo, este manto me envuelve y me absorbe, me hace desaparecer y salgo de la percepción del espectador, ni me ven, ni me veo...
¡¡¿Me pregunto si esto tan negro, será el interior de una bolsa de basura perfumada?!!
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